Sunday, May 29, 2011

Prólogo de José Luis Sampedro a !Indignaos! de Stéphane Hessel

Hessel, indignaos
Yo también nací en 1917. Yo también estoy indignado. También viví una guerra. También soporté una dictadura. Al igual que a Stéphane Hessel, me escandaliza e indigna la situación de Palestina y la bárbara invasión de Irak. Podría aportar más detalles, pero la edad y la época bastan para mostrar que nuestras vivencias han sucedido en el mismo mundo. Hablamos en la misma onda. Comparto sus ideas y me hace feliz poder presentar en España el llamamiento de este brillante héroe de la Resistencia francesa, posteriormente diplomático en activo en muchas misiones de interés, siempre a favor de la paz y la justicia.
¡INDIGNAOS! Un grito, un toque de clarín que interrumpe el tráfico callejero y obliga a levantar la vista a los reunidos en la plaza. Como la sirena que anunciaba la cercanía de aquellos bombarderos: una alerta para no bajar la guardia.
Al principio sorprende. ¿Qué pasa? ¿De qué nos alertan? El mundo gira como cada día. Vivimos en democracia, en el estado de bienestar de nuestra maravillosa civilización occidental. Aquí no hay guerra, no hay ocupación. Esto es Europa, cuna de culturas. Sí, ése es el escenario y su decorado. Pero ¿de verdad estamos en una democracia? ¿De verdad bajo ese nombre gobiernan los pueblos de muchos países? ¿O hace tiempo que se ha evolucionado de otro modo?
Actualmente en Europa y fuera de ella, los financieros, culpables indiscutibles de la crisis, han salvado ya el bache y prosiguen su vida como siempre sin grandes pérdidas. En cambio, sus víctimas no han recuperado el trabajo ni su nivel de ingresos. El autor de este libro recuerda cómo los primeros programas económicos de Francia después de la segunda guerra mundial incluían la nacionalización de la banca, aunque después, en épocas de bonanza, se fue rectificando. En cambio ahora, la culpabilidad del sector financiero en esta gran crisis no sólo no ha conducido a ello; ni siquiera se ha planteado la supresión de mecanismos y operaciones de alto riesgo. No se eliminan los paraísos fiscales ni se acometen reformas importantes del sistema. Los financieros apenas han soportado las consecuencias de sus desafueros. Es decir, el dinero y sus dueños tienen más poder que los gobiernos. Como dice Hessel, “el poder del dinero nunca había sido tan grande, insolente, egoísta con todos, desde sus propios siervos hasta las más altas esferas del Estado. Los bancos, privatizados, se preocupan en primer lugar de sus dividendos, y de los altísimos sueldos de sus dirigentes, pero no del interés general”
¡INDIGNAOS!, les dice Hessel a los jóvenes, porque de la indignación nace la voluntad de compromiso con la historia. De la indignación nació la Resistencia contra el nazismo y de la indignación tiene que salir hoy la resistencia contra la dictadura de los mercados. Debemos resistirnos a que la carrera por el dinero domine nuestras vidas. Hessel reconoce que para un joven de su época indignarse y resistirse fue más claro, aunque no más fácil, porque la invasión del país por tropas fascistas es más evidente que la dictadura del entramado financiero internacional. El nazismo fue vencido por la indignación de muchos, pero el peligro totalitario en sus múltiples variantes no ha desaparecido. Ni en aspectos tan burdos como los campos de concentración (Guantánamo, Abu Gharaib), muros, vallas, ataques preventivos y “lucha contra el terrorismo” en lugares geoestratégicos, ni en otros mucho más sofisticados y tecnificados como la mal llamada globalización financiera.
¡INDIGNAOS!, repite Hessel a los jóvenes. Les recuerda los logros de la segunda mitad del siglo XX en el terreno de los derechos humanos, la implantación de la Seguridad Social, los avances del estado de bienestar, al tiempo que les señala los actuales retrocesos. Los brutales atentados del 11-S en Nueva York y las desastrosas acciones emprendidas por Estados Unidos como respuesta a los mismos, están marcando el camino inverso. Un camino que en la primera década de este siglo XXI se está recorriendo a una velocidad alarmante. De ahí la alerta de Hessel a los jóvenes. Con su grito les está diciendo: “Chicos, cuidado, hemos luchado por conseguir lo que tenéis, ahora os toca a vosotros defenderlo, mantenerlo y mejorarlo; no permitáis que os lo arrebaten”.
¡INDIGNAOS! Luchad, para salvar los logros democráticos basados en valores éticos, de justicia y libertad prometidos tras la dolorosa lección de la segunda guerra mundial. Para distinguir entre opinión pública y opinión mediática, para no sucumbir al engaño propagandístico. “Los medios de comunicación están en manos de la gente pudiente”, señala Hessel. Y yo añado: ¿quién es la gente pudiente? Los que se han apoderado de lo que es de todos. Y como es de todos, es nuestro derecho y nuestro deber recuperarlo al servicio de nuestra libertad.
No siempre es fácil saber quién manda en realidad, ni cómo defendernos del atropello. Ahora no se trata de empuñar las armas contra el invasor ni de hacer descarrilar un tren. El terrorismo no es la vía adecuada contra el totalitarismo actual, más sofisticado que el de los bombarderos nazis. Hoy se trata de no sucumbir bajo el huracán destructor del “siempre más”, del consumismo voraz y de la distracción mediática mientras nos aplican los recortes.
¡INDIGNAOS!, sin violencia. Hessel nos incita a la insurrección pacífica evocando figuras como Mandela o Martin Luther Kingo. Yo añadiría el ejemplo de Gandhi, asesinado precisamente en 1948, año de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de cuya redacción fue partícipe el propio Hessel. Como cantara Raimon contra la dictadura: Digamos NO. Negaos. Actuad. Para empezar, ¡INDIGNAOS!



Sunday, May 15, 2011

Por una revolución ética


Reproduzco aquí el manifiesto de "Democracia real  Ya" por su interés ético, social y económico.
MANIFIESTO “DEMOCRACIA REAL YA”:
Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.
Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie.
Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad mejor. Por ello sostenemos firmemente lo siguiente:
  • Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.
  • Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.
  • El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.
  • La democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno) así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.
  • El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
  • La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.
  • Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.
  • Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta rentabilidad económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría, podremos eliminar los abusos y carencias que todos sufrimos.
  • Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.

Thursday, April 7, 2011

La literatura nostálgica

No se puede negar que hoy en día la literatura nostálgica--textos repletos de recuerdos, experiencias y relaciones personales--goza de una popularidad extensiva en España contemporánea. El pasado en sí se ha popularizado tanto como estilo narrativo que los escritores modernos (pienso mayormente en Pérez-Reverte) han desarrollado su propio estilo literario (frecuentemente ficticio--qué ironía, contar un recuerdo sin haberlo experimentado) de relatar los recuerdos. Por mi propia experiencia literaria, el primer texto que leí del hilo nostálgico (a pesar de su componente fantástico) es El cuarto de atrás (1978) de Carmen Martín-Gaite. La lectura fue una experiencia relevadora para mí. Sin haber participado nunca en una comunidad en constante peligro de la guerra, las palabras de Martín-Gaite dejaron una huella inolvidable en mi saber literario. Confieso que aún hoy en día no tengo un pleno entendimiento de la Guerra Civil, pero por lo menos he captado unas imágenes, a través de esta autora, de su poder destructivo y desalentador.

Mi propósito en hacer este "post" es de llamar la atención a una cita que acabo de leer en que el autor indica que hay un vacío social en la vida española moderna; un vacío que les lleva a la literatura nostálgica. Cito:
En el caso de la sociedad contemporánea,podemos especular que la documentación de un mayor consumo de ficción nostálgica se debe, precisamente, al vacío latente en un modelo de sociedad que sacia su deseo de continuidad mediante el consumo de la ficción nostálgica del bien-estar.
No sé exactamente qué pensar de la cita. No he leído suficiente literatura nostálgica para presumir que haya un hueco en la cultura de este siglo y para satisfacer esta carencia, el público se acerca a los libros de recuerdo (entre otros). ¿Qué opináis vosotros? ¿Habéis experimentado un vacío en vuestras propias vidas que os atrajo a la literatura nostálgica?

Thursday, February 17, 2011

“Is the world ignoring the signs of the so-called "end times"? 2.0

La respuesta breve es sí. Como evidencia, presento un video de unas cholas en Bolivia jugando al golf (y no son malas eh?). Es decir, el pueblo de Evo lo está abandonando no sólo para seguir el modelo económico neoliberal, sino también para adoptar hasta los pasatiempos por excelencia de los hombres de negocios norteamericanos. En las palabras inmortales de Scott Van Pelt, miren el "useful shot" en 0:55!!!!

Sunday, February 13, 2011

“Is the world ignoring the signs of the so-called "end times"?

Renowned philosopher and critic, Slavoj Zizek, explains what he thinks is causing the downhill slide, and points to the faltering economy, global warming and deteriorating ethnic relations as evidence. The Giant of Ljubljana is bombarded with clips of popular media images and quotes by modern-day thinkers revolving around four major issues: the economical crisis, environment, Afghanistan and the end of democracy. Zizek grabs the opportunity to ruthlessly criticize modern capitalism and to give his view on our common future” (VPRO International).

                                        Be sure to turn of the blog's music player below

Thursday, February 3, 2011

La vida en la nave

This short montage was, perhaps, originally to be included in the film The Fountain (one of my favorites). But it ended up as an extra on the DVD. I really like this concept of a spaceship, I love the formalism and the visual effects of The Fountain, especially when one considered how little computer rendering was used. Maybe this is why the scenes in the future have such an organic feel despite what they represent. Also, don't forget to take a good listen to Clint Mansell's haunting soundtrack. Enjoy. (Be sure to turn off the blog's music player below, and please watch the clip in fullscreen).

Saturday, January 22, 2011

Porque hay cosas que nunca se olvidan

Para  poder ver adecuadamente el video, pausa la música al final de la página.
El corto comienza en el segundo 20.

Este es el corto más premiado en la historia del séptimo arte español. Con casi más de 300 premios en su haber, rodado íntegramente en italiano en la localidad segoviana de Domingo García, la cinta se ha paseado por  los festivales  más importantes del mundo. Su director, Lucas Figueroa, recrea el  Nápoles de los años cincuenta, donde un grupo de chavales juegan al fútbol en la calle. El balón termina en el patio de una anciana y ésta les pincha la pelota. Entonces, los cuatro muchachos diseñan una venganza. El cortometraje cuenta con la participación de célebres futbolistas como Cannavaro y Carboni. La cinta ha sido nominada al Goya y  preseleccionada para los Oscar de Hollywood.

Thursday, January 6, 2011

Euro y cultura: las dos caras de la misma moneda

En relación a la evidencia del euroesceptismo que reina en los medios de comunicación europeos, tropecé en El País hace unos días con la opinión de Sami Naïr, filósofo y sociólogo francés, quien articulaba la actual crisis monetaria del euro con la parálisis del proyecto de integración en la Unión Europea. Naïr situaba el modelo económico europeo al borde del abismo y advertía de la grave “enfermedad” por la que atraviesa el euro en los mercados internacionales.

En una entrevista televisada, Sarkozy confirmaba igualmente la mala salud del euro no sólo en el ámbito bursátil, sino también en el seno de la opinión pública. Frente a las sugerencias de abandonar la moneda única, el mandatario francés preconizaba que “el fin del euro sería el fin de Europa.” Como muestra del desánimo generalizado en algunos países de la zona euro sólo hay que consultar la última encuesta publicada por el rotativo alemán Bild. Según este diario, “el 51% de los alemanes está descontento con el euro, frente a un 44% que se declara satisfecho. Además, el 49% desea el regreso del marco, mientras que el 41% lo rechaza.” Es obvio que el incipiente abatimiento frente al euro subyace en las draconianas medidas de austeridad que están siendo implantadas en la zona euro para paliar la actual crisis, y que esto mismo genera un euroesceptismo sin paliativos en el seno europeo.


Asusta (y mucho) pensar que económicamente, como dice Naïr, “Europa está enferma”, pero aún más que el proyecto europeo, en su expresión cultural y de identidad, dependa de la salud de los mercados. Hace ahora diez años, cuando el euro veía la luz por primera vez, se pensó que a falta de una lengua común en la babeliana Europa, la implantación del euro serviría como vehículo de expresión y, por consiguiente, constituiría el primer eslabón de identidad compartida  por más de 495 millones de ciudadanos. Sin embargo, el primer varapalo no tardaría en llegar con el referéndum en 2005 para ratificar la Constitución Europea. En aquel entonces, la negativa de países como Francia y Holanda, ambos con una robusta tradición europeísta, dieron al traste con la construcción europea en su máximo exponente, provocando una crisis institucional que golpeaba frontalmente  la idea de Europa como espacio de identidad social, cultural y, por supuesto, económico.

Creo que en estos momentos de angustia, de tanta incertidumbre económica  es cuando se debería revalorizar ese espacio cultural europeo y, por por extensión, vigorizar un modelo  cuya manifestación no dependa exclusivamente del comportamiento del euro. La idea de una Europa federal como identidad existencial y cultural debe prevalecer, aún cuando el futuro económico de la Unión no sea tan favorable  como se quisiera. Ahora bien, que nadie se equivoque: no se trata de engullir los compartimentos estancos que decía Ortega y Gasset refiriéndose a los particularismos locales y regionales, sino seguir avanzando en un proyecto con un garante cultural y una identidad compartida que no esté basada únicamente en principios económicos.