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La muerte del Bonsái |
La forma no determina el contenido de la obra de arte moderna. En el arte moderno de hacer Bonsái se conjugan la vida y el arte, pero no es lo que los críticos llamarían l’art pour l’art. En el Arte Moderno de hacer Bonsái la conjugación arte y praxis vital consiste en la peculiaridad de la vida y la temporalidad de la obra misma, aspectos que le otorgan una potencialidad morfológica sin telos estético fijo; es decir, la obra existe en un estado de becoming.
El prefijo bon es equivalente a la palabra ‘bandeja’ y el sufijo sai es equivalente a la palabra ‘naturaleza’ o ‘arte’ (etimológicamente procede del término chino penzai que significa escenario cultivado). A pesar de ser un arte en miniatura, el arte del Bonsái moderno no es minimalista, ya que la obra de arte moderna en sí no se limita a la forma que toma sino que se adapta a la perspectiva del artista cuya estética depende de formas clásicas de tipo ‘realistas’— cabe mencionar que el objeto referencial no es el árbol de tamaño ‘real’ sino la imagen iconológica vis-a-vis la estética clásica del bonsái.
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Bonsai Gear Clock |
"The historian Shouji Tatsukawa demonstrated a replica of an eighteenth-century Japanese tea-serving robot. Some Japanese scientists said that Artificial Life had resonances with Japanese traditions of rearranging nature—in gardens and in the art of flower arrangement. Others said that microelectronics grew from a cultural tradition of miniaturizing nature, as exemplified by the practice of bonsai (indeed, a virtual reality bonsai tree was featured at one presentation). Such practices were taken to typify a tradition of combining the natural and artificial, a tradition carried forward in such objects as mixed-media microrobots." (Helmreich, Stefan. Silicon Second Nature: Culturing Artificial Life in a Digital World, Updated With a New Preface. Berkeley: University of California Press, c1998 1998. http://ark.cdlib.org/ark:/13030/ft9f59p317/)
De acuerdo con las leyendas chinas, durante la Dinastía Han (206 B.C -220 A.D.) el emperador creó un paisaje en miniatura, el cual contenía valles, cerros, ríos, lagos, y árboles que representaban su imperio. Se dice que creó el paisaje para poder contemplar su imperio entero desde su ventana. Este estilo de arte solamente fue practicado por el emperador; cualquier persona que se encontrara en posesión de un paisaje en miniatura representaba una amenaza al imperio y podía ser ejecutado por ello. Por varios años el arte del bonsái fue practicado por la gente adinerada y fue considerado un privilegio de la nobleza, aspecto que casi provocó la extinción del arte en el Japón. Durante el siglo XIV, a partir de la invasión China del Japón, se permitió practicar el arte del bonsái en todas las clases sociales. Hoy en día, podemos atribuir la popularidad del bonsái a las refinaciones estilísticas que los maestros japoneses le dieron al arte del bonsái. Entre los estilos del bonsái están: el hokidachi (escoba), chokkan (vertical formal), kengai (cascada), y fukinagashi (viento), entre otros.
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Zeichner und Akt, 1525 ca., Albrecht Dürer |
Los documentos más antiguos que verifican la existencia de bonsái en la China fueron descubiertos en 1972, en la tumba del Príncipe Zhang Huai, de la Dinastía Tang (618-907) . Dos pinturas descubiertas en la tumba muestran a dos sirvientes cargando plantas de bonsái. En una de las pinturas un sirviente está cargando un paisaje en miniatura y en la otra un sirviente está cargando una maceta que contiene un árbol.
El periodo clásico del Bonsái data desde la primera parte del sigo XIX. Aunque el término bonsái aún no se usaba durante este periodo, los estilos clásicos ya prevalecían entre los maestros del Bonsái. Durante este periodo, el arte clásico se basaba en la imitación del paisaje en miniatura. En 1829, se publica Somoku Kinyo Shu, donde se ilustra la forma clásica del pino. La primera fotografía del Japón en donde se presenta un árbol cultivado en miniatura apareció alrededor de 1861 y fue tomada por el fotógrafo sueco Pierre Rossier. La exhibición del bonsái en la Tercera Exhibición Universal en Paris (1878) y exhibiciones posteriores contribuyeron a la popularidad del bonsái en el occidente. Después de la Segunda Guerra Mundial, los soldados estadounidenses que regresaban a los Estados Unidos desde el Japón traían bonsái consigo; a raíz de esto, se empezó a aprender sobre el arte del bonsái en los Estados Unidos.
A diferencia del arte clásico del bonsái, en el arte moderno de hacer bonsái el objetivo no es crear un paisaje sino transformar la idea del paisaje para darle otro significado. El significado está sobre todo ligado a la temporalidad y vitalidad de la obra. El arte moderno de hacer Bonsái es auto-referencial y su figura es dinámica; es decir, la vitalidad del bonsái nos da el significado moderno a través de su propia transfiguración a lo largo del tiempo.
Finalmente, cabe mencionar que la relación entre el artista y el bonsái se realiza en la vida misma. Cuando la obra de arte muere, la relación artista-bonsái se rompe—es decir, la obra de arte no se adhiere a su forma sino a su contenido vital (si el artista deja de cultivar la obra, no habrá vitalidad). Una vez muerto, el bonsái sale de la estética de la vida y entra a la estética de la muerte, una estética puramente materialista, ideológica y artificial.
~Miquiztli